La anécdota, que al cabo no es más que eso, una anécdota, me permite una reflexión sobre esto de "de qué se puede hablar en clase".
Resumiendo mucho: Colegio en la Línea de la Concepción. Cadiz. Un profesor emplea el ejemplo de los secados de jamones en Trévelez como ejemplo de industria (o algo así). Un alumno de religión islámica le dice que no use ese ejemplo porque él ni puede comer carne de cerdo o derivados. El profesor y el alumno se enzarzan en una discusion. Los padres del niño ponen una denuncia y se abre expediente al profesor.
(Si alguien tiene más información, que la comente que es bueno saber)
El representante de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) calificó, en declaraciones a Europa Press, de "tontería" denunciar a un maestro por hablar de jamón en clase y apuntó que los niños musulmanes en España deben saber qué es por ser "una cuestión de cultura".
Hasta aquí la noticia. Ahora la reflexión.
Los comentarios que la noticia ha merecido en los medios más nacionalistas-catolicistas vienen a sostener la tesis de que el profesor debe de hablar del cerdo, de los jamones y de lo que sea menester porque son parte de la realidad hispánica aceptada.
Vale, me lo apunto... pero, dado que también hay en España matrimonios entre personas del mismo sexo, legislación sobre la interrupción del embarazo, derecho a la huelga, etc. ¿Qué argumento les queda para impedir que se imparta en los colegios Educación para la Ciudadanía incluyendo estos temas? ¿Qué ellos no creen en esto y que es pecado? Vale, pero para el musulmán el Jalufo está prohibido y su consumo es pecado...
Para muestra, un botón...
http://www.libertaddigital.com/sociedad/una-familia-musulmana-denuncia-a-un-profesor-por-hablar-de-jamones-ante-su-hijo-1276409906/1.html
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