Yo, como casi todo el mundo, cada vez entiendo menos de economía.
La capacidad de algunos para resurgir nuevamente, sentando catedra tras ser los mismos que en 2007 y 2008 daban las máximas garantías de crecimiento continuo inagotable, me tiene perplejo.
Creo que la realidad es que no tienen ni idea y tratan de llevarnos a empujones a las posiciones de salida.
Creo, como Inés Sabanés en su blog, que se trata de establecer que hay imponderables y situaciones irresolubles (que, por casualidad, les benefician a ellos) contra las que no es posible luchar.
Y que el Rey intervenga es lógico, es el Jefe del Estado y ya tardaba, como en otras ocasiones. Y que yo sea republicano no impide que reconozca la realidad administrativa que nos toca y que exija que cada palo aguante su vela.
En este juego hay que retratarse. Estamos o no estamos.
Pero, como dice Inés, este no es el asunto.
Creo que la cosa va de que la frase esta tan manida de "¡Es la economía, estúpido" de la campaña de Clinton debe ser corregida y poner en su lugar "Es la Ideología, estúpido".
Creo que la ideología es el motor que hace que el barco siga en su rumbo en la tormenta (aunque a veces las olas hagan que parezca que retrocedamos).
Muchas gracias a Inés por ese blog.
1 comentario:
Creo que pasado el desconcierto inicial, donde algunos hablaron incluso de un paréntesis en la economía de mercado, se ha producido un despliegue para reformular el mismo modelo y, lejos de un refuerzo del control público, un impulso democrático y de participación se están rescatando las mismas recetas, que como dices-casualmente- les benefician.
Por tanto hay que mantener con rigor propuestas y alianzas para cambiar de rumbo y para evitar que todo esto se salde con menos derechos y menos protección social.
Gracias a vosotros. Un saludo
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